Así es la Palabra
brotando de la yema
que el Verbo abriga
sustanciándome.
23/11/07
22/11/07
El guardián del Portón del Día
Los goznes del Portón del Día giran
en su pavorosa mecánica
confundiéndoos en su trajín
a vivos y muertos, mientras yo
soldado que guarda el paso
velo el sueño hasta mi hora.
Pues en verdad soy yo,
el guardián del Portón del Día
y como pago a mi estático penar
ordeno -es mi privilegio-
escuchéis previo a marchar
lo que os debo decir.
No administro piedad ni ira.
No concedo perdón ni inflijo tormento.
No profeso afectos ni decoro la mentira
con ropajes de falsa verdad.
Tampoco os juzgo,
como tampoco os deseo bien ni mal,
ni albergo recuerdo de vuestros hijos muertos
ni por ellos siento pena alguna.
No pregunteis si pronto
hallareis su abrazo. Todo ignoro.
Y si aún habita alguna esperanza
en vuestros corazones, vuestra es
que ni el roce de esas vuestras túnicas pretendo
ni bajo mi coraza guardo alhaja arrebatada a otro.
Llevad pues con vos vuestras riquezas
el oropel, las guirnaldas si alcanzásteis la victoria.
Arrostrar otros la infamia del fracaso y la derrota.
Llorad unos, alzad la cabeza otros.
Cruzad como habeis vivido
dando este trance por concluso.
en su pavorosa mecánica
confundiéndoos en su trajín
a vivos y muertos, mientras yo
soldado que guarda el paso
velo el sueño hasta mi hora.
Pues en verdad soy yo,
el guardián del Portón del Día
y como pago a mi estático penar
ordeno -es mi privilegio-
escuchéis previo a marchar
lo que os debo decir.
No administro piedad ni ira.
No concedo perdón ni inflijo tormento.
No profeso afectos ni decoro la mentira
con ropajes de falsa verdad.
Tampoco os juzgo,
como tampoco os deseo bien ni mal,
ni albergo recuerdo de vuestros hijos muertos
ni por ellos siento pena alguna.
No pregunteis si pronto
hallareis su abrazo. Todo ignoro.
Y si aún habita alguna esperanza
en vuestros corazones, vuestra es
que ni el roce de esas vuestras túnicas pretendo
ni bajo mi coraza guardo alhaja arrebatada a otro.
Llevad pues con vos vuestras riquezas
el oropel, las guirnaldas si alcanzásteis la victoria.
Arrostrar otros la infamia del fracaso y la derrota.
Llorad unos, alzad la cabeza otros.
Cruzad como habeis vivido
dando este trance por concluso.
2/11/07
Canto a los audaces
No dejes, alma en luceros,
cuando los agujeros, los abismos,
toda sima,
inunden mis zapatos
y las hachas y el aura
de las antorchas penetren
regando mis mejillas
hasta el venero de la muerte,
verterme en cobardía.
cuando los agujeros, los abismos,
toda sima,
inunden mis zapatos
y las hachas y el aura
de las antorchas penetren
regando mis mejillas
hasta el venero de la muerte,
verterme en cobardía.
21/10/07
Rememoranzas II
Para vivir llevo la vida en un segundo
tras mis pasos los recuerdos dormitando vais,
pobres, como calaveras
gimoteando una atención, algún desvelo,
de este ser deforme y prematuro.
Pero no puedo socorreos en este instante
¡Despertad, marchad, haceos libres!
¡No veis, recuerdos, soy un hombre
que desvive, lucha y sigue hacia adelante!
En la noble virtud de mi osamenta
refleja el porvenir excelsos dones.
¡Iniciática Belleza, vendrás a mi como entonces
y me harás nuevo delfín de las mareas!
tras mis pasos los recuerdos dormitando vais,
pobres, como calaveras
gimoteando una atención, algún desvelo,
de este ser deforme y prematuro.
Pero no puedo socorreos en este instante
¡Despertad, marchad, haceos libres!
¡No veis, recuerdos, soy un hombre
que desvive, lucha y sigue hacia adelante!
En la noble virtud de mi osamenta
refleja el porvenir excelsos dones.
¡Iniciática Belleza, vendrás a mi como entonces
y me harás nuevo delfín de las mareas!
3/10/07
Rememoranzas
Después de que los días nos vayan vistiendo de luto y las noches secas caigan lentamente a los pies de los castaños y yo sea yo propio y tú verdad y no espectro, habrá cesado esta ironía. Después de verme en ti sin barrotes y me creas, me hables, me desprecies y acuchilles y me digas adiós. Después del después vendrá otro tanto de inquietudes y aquel primer después será entonces paño de historia desteñida, y yo me acordaré de ti en algún punto de mi después postrero para contarte que acaso un día creí ser feliz.
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