Después de que los días nos vayan vistiendo de luto y las noches secas caigan lentamente a los pies de los castaños y yo sea yo propio y tú verdad y no espectro, habrá cesado esta ironía. Después de verme en ti sin barrotes y me creas, me hables, me desprecies y acuchilles y me digas adiós. Después del después vendrá otro tanto de inquietudes y aquel primer después será entonces paño de historia desteñida, y yo me acordaré de ti en algún punto de mi después postrero para contarte que acaso un día creí ser feliz.

No hay comentarios:
Publicar un comentario