Querida alcaldesa: Seré breve. La ley coránica es incompatible con el imperio de la ley civil en las sociedades democráticas, sencillamente. Perder el tiempo en tribulaciones, un ejercicio de demagogia propio de la clase política de la que usted no se quiere desinstalar y de los juntaletras que la jalean. La Grecia clásica los vio venir: el prólogo a la tiranía es tarea de los demagogos. No voy a pedirle a usted que tenga tan largo alcance. Recoge el Corán en la azora segunda, aludiendo a los judíos de Medina: "Entre ellos hay gentiles que no conocen el Libro (el Corán), sino mentiras, y no hacen más que pensar." Y pensar es esa fea manía que tenemos cristianos, judíos, ateos, agnósticos y cualquier ser educado en el libre pensamiento y en la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.
Comprendo que a sus imanes del tres al cuarto les mole más tenernos todo el día con el culo en pompa dando cabezazos contra una tabla, en lugar de estudiar y trabajar por mejorar día a día nuestras condiciones de vida y, con ella, la de nuestros semejantes. Aunque para eso, -se dirá a sí misma- ya la tenemos a usted ¿verdad doña Rosita? Por ello que miles de jóvenes cordobeses nos hayamos convertido en emigrantes que, de volver algún día, le seríamos muy incómodos. Yo también la aprecio doña Rosita. A usted le hubiera gustado que la historia fuese de otra manera, me hago cargo: Stalin, Ceaucescu, Castro... defensores de los derechos humanos, Carrillo un pacifista, la Pasionaria una defensora de los derechos de la mujer, en fin, que el muro de Berlín jamás hubiera caído y media humanidad permaneciese ciega a los crímenes del comunismo. Si, doña Rosita, los crímenes contra la Humanidad cometidos por la ideología que usted profesa y por la que - a propósito- jamás la he oído pedir perdón. En cualquier caso, así no se escribió la historia, como jamás hubo en Córdoba convivencia de tres culturas ni cosa que se le pareciese sino guetos y dentelladas ¿Nos sentamos a discutirlo doña Rosita? Cualquier tarde, junto a la iglesia de San Pedro en el colegio de las monjitas francesas donde usted fue educada y a las que profusamente visita. Les ponemos este vídeo a las niñas, les contamos todo lo que el Islam ha realizado (sic) por el progreso humano y las paseamos por su glorieta de las Tres Culturas ¿Le parece?
Aunque sea fea manía de judíos, ¡piense!
