Nada más nacer
me encontré conmigo:
- ¿Quién eres? – me dijo –
- Yo Dios, ¿quién lo dice?
(ebrio de uvas negras
hijas de un racimo).
- Si fueres quien dices
serías Yo mismo:
tu dios de palabra
tu misterio y mito.
¡Penetra en tu alma,
rasga el entresijo!
Pregunté por dios
pero nadie vino.

No hay comentarios:
Publicar un comentario