Blog de Juan Luis Miranda

30/7/07

Más allá

Hoy he soñado la noche
que el querubín recite
su epílogo de exterminio
cantando a la luna llena:

¡Luzca el campo de batalla,
llueva su manto doliente
y sus perfiles de olvido!

Besará mi boca almibarada
mis huesos sin conjunto ya extinguidos,
la noche será al fin la nada inerte
cuando expolien insaciables
las alimañas mi nicho.

17/5/07

Soy un pez

Estoy frente a tu casa
Con mi traje de baño, mis aletas y mi pato flotador
Desde tu ventana ríes al verme
Me gusta verte sonreir
Con el dedo me invitas a subir y corro
Patoso escaleras arriba a zambullirme
Contigo en la bañera
Me he tragado por las branquias tus caderas
Y tus curvas de sirena
Soy todo un pez
Tiras del tapón y nos vamos yendo
Por el desagüe camino del Infierno
Donde van los niños que son amantes
pues sus juegos son prohibidos por el Cielo.

12/3/07

Oscurescencia

Reconozco en mi pecho este galope desbocado,
hermana noche, que vuelves a regalarte vestida de ausencias
cabalgando en el sepulcro de tu imperio.

¡Oh, noche eterna
que despiertas los miedos y haces revivir las voces que,
pobres ingenuos, creímos extintas!

Ni Sansón pudiera con la gravedad de tu tiranía,
de tu indolente semblante
que el más desabrido lamento llegare a inmutar.

En la insondable forma de tu ser hago quimeras
dando vueltas en torno a uno, como una bestia,
tratando inútilmente de escapar a mi sombra
hasta atacarla, hasta el paroxismo.

¡Ten para el túmulo que levante tu altar
el polvo, la ceniza de este tu vencido
y quede mi alma en paz!

1/3/07

III


Poesía es el soplo que os eleva
surtidores de amapolas por los aires
que sin venir ya vais
a vuestro antojo, liberándome
.

23/2/07

Un sencillo principio liberal

Una economía en libre competencia es el mayor reto de cualquier opción liberal: adelgazar drásticamente el Estado, ya que esa es la mejor y más rápida manera de tecnificarlo y de moralizarlo. Una tarea ardua, en efecto. Crear economías de mercado, de reglas simples, claras y equitativas, en las que el éxito y el fracaso dependan del consumidor, jamás y en ningún caso del burócrata.