enero 2010 | Blog de Juan Luis Miranda

13/1/10

A la amanecida










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Eras mi único amor, mi amada viva,
hecha de algodón, de agua y de hierba,
barataria párvula enlazando dichosa
tus manos a las mías.
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En ti me hice a la mar y en ti
me vi ¡sólo! surcando
de la razón vulgar a la locura
aventado por velas sin aliento
ejército sin remos, sin orilla
hilván sin verbo
herida de blanda costura.
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